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Conciencia Sur: "Chile, un país que no mira al mar" Es el momento de que empecemos a mirar nuestro mar de frente

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Las sociedades ancestrales que habitan los sectores costeros, como los Lafkenche, suelen existir de cara al mar, viviendo al ritmo de la marea, fusionándose a los ciclos del agua y la luna. De este modo, las mareas bajas son para la recolección de algas y mariscos, mientras que las altas para el resguardo y trabajo en la tierra. Para ellos el mar, la costa, los cerros, los ríos y todos los seres vivos que co-habitamos este territorio somos parte de una misma unidad física y espiritual, siendo éste el eje central de su cosmovisión. Pero ¿qué pasa con las sociedades modernas?, ¿por qué Chile, siendo un país que es principalmente costa, le da la espalda al mar? En este artículo trataremos de descubrir las causas y consecuencias ecosistémicas de esta realidad, así como los cambios que se están comenzando a gestar, para sanar esta conexión.

Chile es un país largo y angosto, con una costa de 83.850 km lineales, por lo que gran parte está representado por la “Zona Costera”. Sin embargo, no existe actualmente una clara definición de sus límites y legalmente se considera sólo el “Borde Costero Litoral” como aquella franja de territorio que comprende los terrenos de playas, bahías, golfos, estrechos y canales interiores, y el mar territorial de la República. En los terrenos fiscales, el ancho máximo de esta franja es de 80 m desde la línea de más alta marea, pero esta zona es mucho más que eso, aquí se produce una interfase entre geósfera, atmósfera e hidrósfera, otorgándole características ambientales frágiles y vulnerables. Además, las diversas actividades humanas que aquí confluyen, producen múltiples usos que muchas veces generan conflictos territoriales.

En Chile no existe un texto jurídico que contenga toda la regulación atinente al mar. La actual política de uso del borde costero es una herramienta que no ha logrado una real gestión integrada de esta zona, y sólo ha implementado la zonificación en dos regiones (Coquimbo y Aysén), y la declaración de Áreas Marinas Costeras Protegidas y de Reservas Marinas. Dada esta carencia de políticas apropiadas para la regulación de la zona costera, y del interés económico que existe en torno a ella, se está intentando, desde el año 2012, la aprobación de un Proyecto de ley de “Administración del Borde Costero y Concesiones marítimas” que pretende agilizar la tramitación de las concesiones marítimas, para impulsar una mayor inversión en este espacio. Al revisar en detalle esta propuesta, concluimos que su aprobación podría ser peligrosa para la sostenibilidad de la zona costera, ya que carece de una perspectiva integral y la sigue definiendo como “borde costero”, sin incluir todos los ecosistemas asociados (humedales, lagunas, estuarios, etc). Por otra parte, el proyecto propone pasar la administración del borde costero y el otorgamiento de concesiones de acuicultura, desde el Ministerio de Defensa Nacional, al Ministerio de Bienes Nacionales. Traspaso que robustece el derecho del titular sobre su concesión marítima, lo que significa que el litoral deja de tener un carácter inherentemente público y se entrega a un privado, propiciando la explotación por sobre la conservación y protección (1). Tampoco propone una planificación apropiada para su uso, lo que debiera ser central para lograr una sostenibilidad de esta zona. En resumen, este proyecto busca la privatización de la zona costera, siendo que ésta debiese ser un bien público.

En contraposición a esta propuesta, existe un grupo de académicos y organizaciones, que proponen crear una Ley de Costas, enfocada en la protección de los ecosistemas, promoviendo un desarrollo sostenible de la costa, acorde a las adaptaciones correspondientes al actual Cambio Climático y los desastres naturales (1). La necesidad de una buena legislación que proteja esta zona, radica en que ésta se encuentran actualmente bajo la amenaza de múltiples actividades antropogénicas, entre las que destacan:

  • La Sobrepesca: en el último informe del estado de las pesquerías (2) se indica que 11 de 27 están sobreexplotadas y 8 agotadas o colapsadas, significando que el 70% de los recursos pesqueros del país están en riesgo. Cabe destacar que gran parte de esta pesca (anchoveta, sardina y jurel) es destinada a producir harina de pescado, utilizada en la elaboración de alimento para salmones.
  • La Salmonicultura: La acuicultura representa casi un 37% de la producción pesquera (4) en Chile, basándose principalmente en el cultivo de salmones, y convirtiéndonos en el segundo mayor productor del mundo (5). Este cultivo intensivo genera problemas socio-ambientales, tales como: contaminación ambiental por el uso de antibióticos y pesticidas (6), pérdida de hábitat, escape de peces e interacción genética con especies nativas, transmisión de enfermedades y los episodios asociados a la sobrepoblación de salmones en las jaulas (7). Aun así, en Chile no existe una regulación que incluya la estimación de la capacidad de carga del cuerpo de agua para limitar la biomasa máxima por área (8).
  • La contaminación:las zonas costeras son las áreas más expuestas a la contaminación debido a su conexión con los continentes y a que hasta el día de hoy se considera que el océano posee una infinita capacidad de dilución. Un ejemplo de este problema son las 360 toneladas de basura en las costas de Chile registradas el año 2018, de las cuales el 86% correspondió solamente a plástico (9).Entre el 2014 y 2016, la declarada zona de sacrificio, Quinteros, fue víctima de sucesivos derrames de petróleo, donde la Superintendencia de Medio Ambiente se declaró incompetente para conocer y sancionar estos hechos (10).Las descargas de los emisarios domésticos e industriales son una problemática recurrente en Chile y a nivel mundial. Por ejemplo, la modernización de la Celulosa Arauco, con su proyecto M.A.P.A, implica el vertimiento de 170 millones de litros diarios al Golfo de Arauco, a través de sus dos emisarios (11), lo que equivale a 68 piscinas olímpicas.

A la contaminación del agua se suman las emisiones atmosféricas de las industrias ubicadas en la costa, que generan problemas a la salud humana y que configuran “Zonas de sacrificio” a las que son condenadas áreas de gran relevancia ambiental y social (ej. Coronel y Quintero).

Destacamos que en la zona costera interaccionan todas estas actividades antropogénicas, y se suman a la variabilidad natural del ambiente, generando efectos sinérgicos, antagónicos o incluso ambos, sobre este ecosistema. Una forma de proteger esta zona sería la aplicación de las Normas secundarias de calidad ambiental, ya que ellas establecen los valores de las concentraciones de contaminantes, cuya presencia en el ambiente pueda constituir un riesgo para la protección o la conservación del medio ambiente. Pero en Chile se utilizan las normas primarias de calidad que establecen valores cuya presencia o carencia en el ambiente, pueda constituir un riesgo para la vida o salud de la población.

Todas estas amenazas a la zona costera han generado conflictos socioambientales, dando origen a diversos movimientos y organizaciones que luchan por la defensa y protección de la zona costera, así como por su derecho a la salud. Entre estos cabe mencionar a la Coordinadora Chorera, movimiento Chao Pescao y Chao Carbón, la agrupación Mujeres de Zonas de Sacrificio Quintero-Puchuncaví en Resistencia,  Coordinadora Coronel Despierta, Salvemos el Santuario, Comités de defensa del Borde costero, entre otros.

En vista de la presión internacional y nacional por mejorar la situación ambiental de la zona costera, se ha intentado tomar medidas desde la institucionalidad, como la elaboración de los Programas para la Recuperación Ambiental y Social (PRAS) en las zonas de sacrificio del Huasco, Quintero – Puchuncaví y Coronel (12). Sin embargo, estos programas no han logrado evitar la contaminación, ni recuperar el desastre ambiental y social de estas zonas. Esto se debe a que ningún PRAS, por sí solo, puede entenderse como una “herramienta de gestión esperanzadora para la convivencia sustentable entre las comunidades y el medio ambiente”, sino que se requieren soluciones integrales y transversales a nivel político-económico. Para lograrlo, es necesario entender esta zona como un “bien de uso público”,y su ordenamiento sostenible debería considerar la multiplicidad de factores e interacciones que allí se generan. Así como también normas ambientales y pesqueras que consideren al ecosistema como un todo y que no posee límites claramente definidos. Esto se entiende como un manejo o gestión integrado de esta zona y sus recursos, así como la aplicación de un enfoque ecosistémico en la pesquería y por último la consideración de la capacidad de carga del ambiente para la acuicultura.

El 8 de junio se celebró el Día Mundial de los Océanos, y ya vimos lo relevante que es la costa para Chile, es el momento de que empecemos a mirar nuestro mar de frente y cambiar este sistema extravistivista-capitalista por uno que apunte al bienestar socioambiental.

REFERENCIAS

  1. Martínez et al., 2020 ¿Por qué Chile necesita una ley de costas? Hacia una nueva gobernanza de la costa para el siglo XXI. Documento de trabajo, Serie-Policy Papers CIGIDEN.
  2. Subpesca 2019.  http://www.subpesca.cl/portal/618/articles-103742_recurso_1.pdf
  3. FAO, 2018. The state of World Fisheries and Aquaculture: meeting the sustainable development goals. Rome.
  4. Sernapesca. 2018 Anuario Estadístico de Pesca 2018.
  5. Avendano-Herrera R (2018) Proper antibiotics use in the Chilean salmon industry: policy and technology bottlenecks. Aquaculture 495: 803–805
  6. Tucca et al., 2017. Occurrence of antiparasitic pesticides in sediments near salmon farms in the northern Chilean Patagonia. Marine Pollution Bulletin 115 (1–2): 465–468
  7. https://www.eldiariodelfindelmundo.com/noticias/2020/05/29/86911-advierten-sobre-masiva-fuga-de-salmones-en-chile
  8. Quiñones et al., 2019. Environmental issues in Chilean salmon farming: a review. Rev Aquac 11(2):375–402.  https://doi.org/10.1111/raq.12337
  9. https://www.directemar.cl/directemar/intereses-maritimos/limpieza-de-playas
  10. https://www.latercera.com/noticia/los-derrames-de-petroleo-que-han-marcado-la-costa-de-quintero/
  11. EIA Proyecto MAPA, 2013. Estudio de impacto ambiental proyecto de modernización ampliación planta Arauco: Capítulo 1, Descripción de proyecto. Celulosa Arauco y Constitución.
  12. https://pras.mma.gob.cl/coronel/
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